“Mamá, pero para qué voy a
hacerlo si ¡siempre está mal!”, “no me apetece, sé que lo voy a suspender”, “no
quiero ir a clase, siempre me pregunta a mí”, “no, papá, ¡otra vez no!”,
¿TIENE
MI HIJO/A DIFICULTADES DE APRENDIZAJE?
Muchos son los padres y madres que
se preguntan si su hijo/a tiene alguna dificultad de aprendizaje. Os dejamos algunas señales que nos pueden
orientar en la respuesta:
-
Las horas de trabajo nunca son suficientes:
Después de la jornada escolar, toca
terminar la tarea que no ha finalizado en clase. Los deberes, que según los
profesores deberían tardar unos 30 minutos en hacerlos, nuestro hijo/a tarda
casi 3 horas. ¡Ah!, por supuesto, ¡nosotros tenemos que estar con ellos para
hacerlos! De no ser así, estarían el doble de tiempo.
- Escasa participación en clase: Suele ocurrir que cuando existe alguna dificultad de aprendizaje que persiste en el tiempo, los niños/as se cambian su comportamiento en el aula. Pueden pasar de ser unos alumnos extrovertidos y participativos a alumnado que prefiere estar en un segundo plano, evitando así que se les pregunte delante de toda la clase y ser corregidos de nuevo. También existe el caso de alumnos que prefieren tener un mal comportamiento en el aula para que así el profesor les castigue, evitando así tener que enfrentarse a contenidos que no saben realizar.
- Nula motivación por lo académico: Quizás has escuchado este tipo de reacciones por parte de tus hijos/as; “Mamá, pero para qué voy a hacerlo si ¡siempre está mal!”, “no me apetece, sé que lo voy a suspender”, “no quiero ir a clase, siempre me pregunta a mí”, “no, papá, ¡otra vez no!”, etc. En este aspecto, necesitamos darnos cuenta de que los niños /as con dificultades de aprendizaje, no les gusta suspender, no les gusta dejar los deberes sin hacer, no les gusta ser preguntados delante de sus compañeros y fallar y sobre todo, no les gusta estudiar y estudiar y suspender.
- Tutorías frecuentes o notificaciones del profesorado: Desde el punto de vista del profesorado, en especial si solo están con nuestros hijos/as unas horas a la semana, los suelen ver como alumnos/as vagos, que se distraen con facilidad, que no trabajan lo suficiente y que suelen molestar en clase. Cuando salís de estas reuniones, os sentís llenos de frustración al saber todo el trabajo que lleva detrás cada “aprobado raspado” que sacan. En definitiva, no os parece justo. Y sí, no lo es.
-
Un mundo de comparaciones: Las
comparaciones son odiosas, y más en estos casos. Siempre os encontráis con las
típicas familias que a la salida del colegio os preguntan ¿Qué tal le salió
el examen de matemáticas?, ¿Qué nota sacó en el trabajo de sociales? Ups, vaya,
lo siento. La verdad que al mío le salió genial. Bueno, la próxima vez seguro
que le va mejor… No nos gustan, pero nos puede dar una pista de lo que se
considera “normal” y nos ayudará a buscar una solución lo antes posible.
Estos pasos no nos indican que exista una dificultad de aprendizaje, pero sí que hay algo que se nos puede estar escapando. Contactar con profesionales expertos, nos puede ayudar a poner nombre y solución a lo que está sucediendo.
La mayor red de expertos en dificultades de aprendizaje
Comentarios
Publicar un comentario